La estrategia más sencilla para generar riqueza sin riesgo

Desde que me inicié en el mundo de la educación financiera pensé que cuanto más aprendiera acerca del mercado y la bolsa, más oportunidades tendría de construir riqueza. En mis inicios, probé suerte con el comercio de derivados o CFDs como la mayoría que entra en este mundillo por primera vez, solo para darme cuenta años más tarde de que este tipo de estrategias está condenada al fracaso y lucrarse utilizando técnicas chartistas o noticias macroeconómicas no es muy diferente a tratar de ganar dinero con apuestas deportivas utilizando estadísticas disponibles para todo el mundo (para más información te recomiendo que leas este artículo sobre el mito del análisis ténico). Más adelante traté de aprender técnicas de inversión en valor (value investing), un dogma popularizado por el gran inversor Warren Buffett. Sin embargo, hace poco terminé de leer un libro bastante conocido acerca de la inversión: El inversor inteligente, por Benjamin Graham, y debo decir que este libro cambió por completo mi perspectiva acerca de la inversión y de los conceptos que había adquirido a lo largo de los años, y esto es lo que quiero compartir hoy contigo.
EL INVERSOR DEFENSIVO
En primer lugar, El inversor inteligente rechaza la teoría de que el inversor agresivo es aquel que asume más riesgo y propone una nueva división en tipos de inversores: el pasivo o defensivo y el activo o emprendedor. En este caso el inversor activo no asume más riesgo que el pasivo, sino que dedica más tiempo y esfuerzo en analizar empresas y aprender sobre las ventajas y desventajas de los diferentes instrumentos de inversión. Cualquier persona que se inicie en el mundo de la educación financiera va a identificarse con el inversor emprendedor y va a tratar de aprender todo lo necesario para obtener un beneficio mayor a la media, ¿pero realmente merece la pena? La respuesta es que depende. Si eres una persona que se va a dedicar de forma profesional a la inversión (vas a hacer una carrera en economía y tienes pensado obtener tu licencia CFA de analista financiero o similar) es posible que el enfoque activo sea más adecuado. Sin embargo, para la gran mayoría de los inversores, entre los que me incluyo, la inversión defensiva es el camino a seguir, y te voy a explicar el por qué.
RENTABILIDAD HISTÓRICA DEL MERCADO EN SU CONJUNTO
Es importante entender qué significa la rentabilidad total del mercado en su conjunto, ya que esta medida nos sirve para saber cuando una inversión está por encima o por debajo de la media. Si fuese posible invertir en todas las acciones que componen el mercado global una cantidad proporcional a la capitalización de cada empresa, las ganancias que obtendríamos serían la rentabilidad del mercado global. Esta rentabilidad, medida sobre las 500 empresas más importantes de Estados Unidos (suponemos que esta medida es representativa del mercado global) promedia un beneficio del 7% anual. Por supuesto hay años en los que este beneficio es superior y otros en los que incluso es negativo, pero este valor más o menos se mantiene para un periodo de tiempo suficientemente largo. Entonces en teoría, una forma de inversión sencilla sería simplemente comprar acciones en todas las empresas en función de lo grande que sean, y obtener el mismo beneficio que el mercado en su conjunto. Históricamente este enfoque tiene dos problemas principales: en primer lugar, los costes de operación de adquirir estas acciones y balancearlas a medida que se moviese el mercado se comerían una gran parte de los beneficios, y por otro lado, dado que la acción es indivisible habría que tener mucho capital para poder adquirir acciones en todas las empresas del mundo. Esta sería la aproximación defensiva, ya que requiere el mínimo esfuerzo y aspira a obtener el beneficio del mercado en su conjunto, lo cual supone un límite en los beneficios, aunque también implica la ausencia de riesgo (la única forma de perder nuestro capital sería la desaparición por completo de todas las empresas del mundo). Por otro lado el enfoque del emprendedor activo sería dedicar tiempo y esfuerzo para diferenciar empresas que vayan a obtener más rendimiento y comprar más acciones de aquellas a la vez que evitar invertir en aquellas con prospectos menos alentadores. En principio esto parece sencillo pero la experiencia demuestra que en general la mayoría de la gente que trata de aplicar estas técnicas acaba invirtiendo tiempo y esfuerzo para finalmente obtener rentabilidades incluso peores que si hubiera tomado la actitud defensiva.
LA VIABILIDAD DEL ENFOQUE DEFENSIVO
Si bien antes hemos planteado dos razones por las que el enfoque defensivo era inviable, ¿qué es lo que ha cambiado para que ahora se pueda llevar cabo? En primer lugar, la creación de los fondos de inversión han hecho posible la diversificación en un gran número de empresas (suficientes para representar al mercado en su conjunto) a partir de cantidades iniciales relativamente bajas (asumibles para el inversor no profesional). Por otro lado, el aumento del número de inversores y la liquidez del mercado global gracias al uso de internet y las nuevas tecnologías ha supuesto una reducción casi total de los costes asociados a estas operaciones, con lo cual el beneficio neto apenas se ve mermado por el balance constante de las carteras de inversión o los costes fijos de las empresas que ofertan estos instrumentos financieros. Por estas razones, replicar las ganancias del mercado en su conjunto cada vez es más sencillo y menos costoso, haciendo posible replicar la estrategia sencilla pero infalible de la inversión pasiva.
CONCLUSIONES
En primer lugar, si no te vas a dedicar de forma profesional a la bolsa, es una perdida de tiempo (y casi seguro de dinero también) tratar de obtener beneficios superiores a los que garantiza el seguimiento del mercado en su conjunto. Simplemente hay que pensar que un gran porcentaje de la gente que sí se dedica a la gestión activa de carteras de inversión y que ha estudiado toda su vida para ello son incapaces de obtener estos rendimientos superiores, y aunque fueran ligeramente superiores a los del mercado en su conjunto habría que restarles los costes de gestión activa, por lo que tendrían que obtener entre 1 y 2 puntos porcentuales por encima del mercado solo para igualarlo en beneficios netos. Recomiendo encarecidamente a todos aquellos que desean aprender sobre inversión leer El inversor inteligente y entender por sí mismos, en palabras de Graham, como un enfoque defensivo es la técnica más sensata e infalible para generar riqueza. Esta estrategia sumada a un control de los gastos personales y a un esfuerzo por aumentar los ingresos de rentas de la unidad familiar supone una fórmula mágica por su sencillez para la obtención de riquezas a largo plazo (más sobre este tema en El millonario de la puerta de al lado, por Thomas J. Stanley). Por último, si sigues convencido de que eres capaz de obtener beneficios superiores a la media (7% anual) insisto en que recapacites y evalúes la posibilidad de que hayas caído víctima de la publicidad masiva de los brokers y gurús de las CFDs, que son en mi opinión la nueva generación de casas de apuestas en busca de jóvenes inexpertos a quiénes sacarles el dinero. Si por otro lado llevas comerciando con derivados durante más de 5 años (y este sigue siendo un periodo de tiempo relativamente corto) y has conseguido obtener beneficios superiores a los del mercado consistentemente te invito a ponerte en contacto conmigo y compartir tu opinión sobre la verdadera utilidad de las CFDs.