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El verdadero significado del emprendimiento y sus implicaciones

El verdadero significado del emprendimiento y sus implicaciones

Con la reciente explosión del uso de la redes sociales cada vez son más los que se han lanzado a tratar de convertir este hábito cotidiano en una herramienta para generar dinero. Esto ha generado un abanico de posibilidades para cualquier persona con tiempo o empeño, para poder obtener unos ingresos extra o incluso para dedicarse a ello a tiempo completo. Sin embargo, todas estas personas que se han dedicado a estas actividades online, han adoptado el título de emprendedores por cuenta propia y en ocasiones han utilizado esta designación para lucrarse a través de actividades embaucadoras y carentes de valor. En consecuencia, muchas personas ajenas al mundillo conciben a este tipo de autodenominados emprendedores (especialmente a los más jóvenes) como vendehumos (con razón) pero fallan al generalizar este concepto para cualquier emprendedor (los de verdad). ¿Pero cómo distinguir a un emprendedor de verdad de estos farsantes y qué significa realmente ser emprendedor?

EL VERDADERO EMPRENDIMIENTO

La RAE define al emprendedor como aquel “Que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras" y define emprender como "Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro." Estas dos definiciones muestran conceptos clave a la hora de diferenciar a una persona verdaderamente emprendedora, a saber: innovación, es decir un emprendedor debe proponer ideas nuevas; acometer y comenzar, pues la gran diferencia entre los emprendedores y el resto de personas es que actúan en base a sus ideas mientras que el resto de mortales las descarta a medida que les surgen (algunos estudios estiman que el humano medio tiene alrededor de 60000 pensamientos diarios, por lo que la falta de ideas ni siquiera es concebible); y por último, dificultad o peligro, y aquí está lo verdaderamente interesante: la mayoría de los intrusos arropados bajo el paraguas del emprendimiento lo venden como algo gratificante, algo que llama la atención, que es estético y atractivo para todos; sin embargo, los verdaderos emprendedores, la gente que ha montado sus negocios con esfuerzo y sudor y ha tenido que sacarlos adelante a través de tiempos difíciles, la gente que innova y el mercado no reconoce el valor de sus productos por lo que se encuentran volviendo al cuaderno de bocetos una y otra vez, la gente que de verdad pone en riesgo su estabilidad financiera, emocional y vital; esas personas, los verdaderos emprendedores, nunca te van a vender el emprendimiento como algo atractivo o que no requiere esfuerzo. Cuando uno se adentra en el mundo del emprendimiento y adopta el título de emprendedor, lo hace con humildad, por muy bien que le vaya al principio, porque sabe que el camino es largo, está lleno de contratiempos, y requiere un esfuerzo y un número de sacrificios que hay que asumir, y que si no se está dispuesto a asumirlos, no tiene sentido afrontar el reto en primer lugar.

NO CONFUNDIR EMPRENDEDOR CON GURÚ DIGITAL

Por desgracia, existe una tendencia muy popular que han adoptado muchos individuos, que consiste principalmente en fingir que uno ha superado todas esas etapas de fracasos y lucha contínua, y ahora que finalmente “lo han conseguido” se dedican a vender cursos para enseñar a los demás como llegar hasta donde están ellos. Curiosamente en estos cursos enseñan precisamente como repetir ese proceso de pretensión de éxito y posterior venta de productos digitales o generación de ingresos a través de monetizar el tráfico web, uno de los recursos más cotizados actualmente. Este tipo de “emprendedor” abunda en Instagram y se disfraza de gurú de las nuevas tecnologías; sin embargo, ningún emprendedor de verdad se dedica a vender la optimización de engagement, al comercio de derivados, al marketing digital o al coaching. Un emprendedor de verdad sabe utilizar algunas de estas herramientas pero su ocupación principal no es lucrarse de ellas a través de distribuirlas, un emprendedor es alguien que aporta valor, alguien que innova o que pone en práctica sus ideas arriesgándose a pesar del pesimismo generalizado que le rodea. Afortunadamente, el sistema de mercado actual premia a los que aportan valor y con el tiempo pone en su sitio a aquellos que venden humo. La única forma de construir una fuente de ingresos fiable, una buena reputación y consolidarse es creyendo sinceramente en que lo que haces tiene valor, y tratar de aportar algo con tus ideas en lugar de engañar a la gente. Ni siquiera hay que conseguir un logro importante para poder aportar a la comunidad, simplemente compartiendo y documentando el camino que uno sigue puede servir de ayuda a otros en su misma situación. En mi caso no considero que haya hecho nada importante hasta la fecha ni que tenga ningún tipo de credencial para dar lecciones a nadie sobre lo que tiene que hacer (tampoco creo que exista mucho que se pueda hacer que te dé derecho a tener una opinión válida sobre lo que la gente debería hacer con su vida), pero he decidido perseguir la meta de mejorarme a mí mismo y llevar a cabo mis ideas o proyectos y creo que compartir mis ideas puede tener valor para la gente que se esté iniciando también en este cometido.

EL CAMINO

Si eres una de esas personas, no te dejes agobiar por el ruido, sé que parece que todos tienen el árbol del dinero plantado en su casa, pero incluso confundir el dólar con el éxito ya es un grave error. No importa a lo que te dediques mientras seas fiel a aquello que haces, seas congruente con tus pensamientos y trabajes duro sin importarte lo que obtengas a corto plazo. Intentar competir con la gente que vende humo es una tarea frustrante y destinada al fracaso, porque con lo que no es real es difícil competir, en lugar intenta ser fiel a tus ideas y trata de materializarlas, especialmente aquellas que encierren dificultad o riesgo. No hay que crear el nuevo Netflix o el nuevo Google para ser un emprendedor, simplemente hay que estar preparado para poner mucho esfuerzo en algo que no parezca dar ningún beneficio a corto plazo, pero que sirva de base para construir algo grande. Cuanto mayor sea lo que quieres alcanzar, más empeño debes poner en preparar bien la base que sostenga todo lo que pongas encima, cualquier intento de construir una torre de babel lo antes posible resultará en escombros más temprano que tarde, así que si eres un emprendedor de verdad (o has decidido asumir las consecuencias que implica serlo) te invito a que seas humilde y trabajes en silencio, sin hacer ruido. Mejora como persona, haz hincapié en dominar las herramientas que vas a necesitar para construir algo grande en el futuro y nunca cometas el error de suponer que sabes todo de algo (así sólo conseguirás limitar lo que puedes aprender). Seguir estas directrices puede resultar frustrante al principio, pero confía en que con el tiempo el valor se acaba reconociendo y aquellos que parecían rezagados en época de tendencias y modas sin valor serán los que tengan la resiliencia, la humildad y el optimismo necesarios para hacer honor al título de emprendedor.

Autor del artículo

Carlos Caravaca

Carlos Caravaca

Estudiante de ingeniería
Universidad de Sevilla
Lives in Istanbul, Turkey
Soy un joven emprendedor que forma parte de la nueva generación en busca del éxito en todos los aspectos de su vida. Mis intereses en el mundo financiero, las nuevas tecnologías y la búsqueda de la felicidad y del propósito de vida conforman una sinergia que me empuja a alcanzar el objetivo de mejorar como persona y tratar de resolver las grandes cuestiones que plantea el futuro, disfrutando del proceso de aprendizaje y desarrollo. Mi misión es alcanzar este crecimiento y ayudar a aquellos con la misma ambición a progresar en este apasionante cometido. Por ello, te invito a formar parte de mi red de contactos y de esta comunidad, si te sientes identificado con mis aspiraciones, para contribuir al éxito del que considero es el fin último del ser humano: vivir una vida que merezca la pena ser vivida.